Dr. Richard Broeringmeyer

 

"Los principios fundamentales de la Terapia Magnética se remontan a la década de los 80, cuando el Dr. Richard Broeringmeyer, quien había ocupado el cargo de director médico en la NASA, se encontraba investigando un enigma peculiar conocido como "El Enigma de la Pierna Corta". Descubrió que todos los astronautas que regresaban del espacio tenían una pierna ligeramente más corta que la otra, alrededor de 1-2 centímetros.

Su investigación le llevó a medir los polos biomagnéticos generados por concentraciones anormales de iones de hidrógeno en el cuerpo humano, los cuales, cuando se desvían de sus valores normales, generan disfunciones en los órganos afectados.

El Dr. Broeringmeyer buscó establecer una relación entre los niveles de pH en diferentes partes del cuerpo y sus efectos en la salud.

 

Este médico de Kentucky, Estados Unidos, dedicó años a investigar los efectos de los campos magnéticos en organismos vivos, basándose en el trabajo pionero de Albert Roy Davis en la década de 1930. Durante los años 70, el Dr. Broeringmeyer investigó los efectos de la falta de gravedad en los astronautas y experimentó con la aplicación de imanes para restablecer el equilibrio en sus cuerpos.

Peter Kulish, discípulo de Davis y estudiante del Dr. Broeringmeyer, desarrolló técnicas avanzadas que se basan en la colocación precisa de la polaridad magnética.

El Dr. Linus Pauling, quien recibió el Premio Nobel en 1954 por su investigación sobre las propiedades magnéticas de la sangre, también contribuyó al campo.

Además, el médico japonés Kyoichi Nakagawa publicó un influyente estudio en el Medical Journal, donde describió un "síndrome de deficiencia magnética".

El descubrimiento crucial del Dr. Broeringmeyer en la NASA reveló que la falta de campo magnético terrestre en el espacio estaba relacionada con la anomalía de las piernas de los astronautas. Sin embargo, el efecto de los imanes en los cuerpos de los astronautas pudo revertir esta anomalía con el tiempo.

El Dr. Broeringmeyer concluyó que el pH (acidez/alcalinidad) del cuerpo estaba vinculado a la influencia de los imanes. Estableció una relación entre los niveles de pH en ciertas partes del cuerpo y sus funciones relacionadas con la salud, lo que llevó a la conclusión de que la polarización magnética podía desencadenar estados patológicos y enfermedades.

Se sabe que un aumento en la acidez conlleva una concentración de iones de hidrógeno, H+, mientras que un aumento en la alcalinidad se debe a una concentración de iones de OH-.

La capacidad de los imanes para alterar el potencial eléctrico dentro del tejido biológico llevó a la idea de que podrían restablecer el equilibrio alterado del potencial bioeléctrico, lo que a su vez creaba un entorno propicio para el desarrollo de estados patológicos.

Por último, es importante mencionar que el polo norte magnético de un imán, a pesar de su nombre, se considera negativo ya que atrae iones H positivos, mientras que el polo sur, llamado polo magnético positivo, atrae iones OH negativos. Esto es una convención en la que el polo norte se marca generalmente en negro y el polo sur en rojo."